Friday, September 02, 2005

El ídolo de barro

Prologuito.
Este relato, es del 2002 no recuerdo la fecha con exactitud. Lo escribí para el taller de literatura del Ichicult, donde fue presentado y tallereado. El argumento "Hombre que sueña que cae y es encontrado muerto", esta basado en las notas de que dejó H.P. Lovecraft, y no es mas que un ejercicio. Enjoy it!

El ídolo de barro

“...¿ Y que de las alusiones del viejo Castro sobre los Primigenios que, nacidos de las estrellas siderales y sumergidos en el fondo de los océanos, esperan la llegada de su reino, mientras sigue activo su ferviente culto y su dominio de los sueños”

H.P. Lovecraft

Mientras el hombre posee conciencia en el plano físico; rara vez, si no es que nunca, admite la posibilidad de que aún existen hechos imposibles de explicar por las ramas de la ciencia. Nunca me consideré supersticioso. Jamás tuve preferencia religiosa alguna. De manera que no le creí al anticuario, sobre el extraño poder de aquel ídolo que me pareció apropiado para el cumpleaños de Abraham. Según el tendero, el poseedor de la pequeña figura; recibía la facultad de viajar por el tiempo mientras durmiera. Claro, siempre y cuando, el dueño tuviese la capacidad de creerlo.

El buen Abraham, tenía una peculiar fascinación por lo paranormal, así que estaba seguro, que mi presente sería bien recibido. Por desgracia mis corazonadas fueron ciertas, y digo por desgracia, por que ahora estoy convencido que fue la descarga de emociones originada por el ídolo, lo que condujo a mi estimado colega a su propia muerte. A menudo, me empezó a compartir colorida y detalladamente algunos de sus viajes durmientes. Al principio me lo tomaba a broma, pero llego a obsesionarse de tal manera con aquel objeto, que empecé a considerar la posibilidad de que mi amigo estuviese perdiendo el juicio. No dejaba de hablar de una ciudad llamada Sarnat, que existió mucho antes de la aparición del hombre. Mencionaba también que la habitaban, unos seres que carecían de cuerpo material y se comunicaban a través de una especie de telepatía, a la que no se podían ocultar los pensamientos. En sus sueños, afirmaba que el mismo era uno de ellos. Esta ciudad y sus edificios poseían una geometría distinta a la que conocemos, las construcciones tenían características imposibles de elaborar con la tecnología actual.

La extraña muerte de Abraham, carente de toda lógica y planteamiento razonable, me orilló a buscar otros métodos, poco ortodoxos, para explicarme el deceso de mi amigo. Quien tuvo la gentileza heredarme los pocos bienes que poseía. Como última alternativa y aconsejado por el anticuario, consulté a un espiritista para comunicarme con el alma del desgraciado Abraham. He aquí transcrito, el fragmento de la sesión, el cual me parece, devela el misterio.

“ Estoy de nuevo entrando en la torre, a mi espalda un sol se esta poniendo, mientras otro emerge desde el sur. Se me acercan dos seres y me piden que los acompañe hasta la parte alta de la torre. Subimos a través de las escaleras en espiral. Se están comunicando entre ellos, no percibo que es lo que dicen, aún no he logrado dominar esta habilidad. Hemos llegado la cima, otros cinco seres mas, nos esperaban. Uno de ellos es un líder, algo les esta ordenando. Ahora se dirige hacia mi, me acusa de espionaje. Siento un cosquilleo en todo el cuerpo. Empiezo a materializarme. Ahora estoy en mi cuerpo humano, ya no los escucho, me están empujando hacia la ventana, ¡Dios mío!, ¡el cristal esta cediendo!, ¡se quiebra... estoy cayendo, estoy cayendo!...”

Por absurdo que parezca, al escuchar estas palabras en boca del medium, empecé comprender la irreal realidad de los hechos. Hace una semana que el cuerpo de mi amigo fue encontrado en su propia habitación, con todos los huesos fracturados y el cráneo hecho añicos. El informe del forense indica que esto solo sería posible si hubiese caído desde una extraordinaria altura.
Dentro de los bienes que me dejó mi amigo, se encuentra aquella maldita figura. Ahora el propietario del ídolo soy yo. Los hechos me han convertido en un creyente. Me inquietan ciertas marcas en mis muñecas y tobillos, marcas como de grilletes, pero mas me inquieta aún, este sueño terrible que tuve anoche. Soñé que me encontraba en alguna prisión de una ciudad desconocida. En el pabellón de los condenados a muerte.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Muy buen cuento Oscar! Te invito a cuando tengas tiempo a leer algunos de mis relatos, a ver que me decís, ya que hace poco que me largué a escribirlos, es que siempre me atrajo más la poesía, sin embargo me encanta leer muchísimo novelas, cuentos o relatos.
Saludos.
naná

7:12 PM  
Anonymous Anonymous said...

Me encanto.

9:40 AM  

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